martes, 10 de marzo de 2009

¡Adiós al pañal!

Si tu hijo tiene entre 18 meses y dos años, ha llegado el momento de habituarle al orinal, según opinan los especialistas.
Sin embargo, para algunos padres, el objetivo parece difícil de alcanzar. Y, sin embargo, si se está dispuesto a afrontar con serenidad los primeros fracasos, son muy pocas las cosas que hay que hacer, ya que el niño superará cada etapa deforma espontánea, de acuerdo con los tiempos y los ritmos que mejor se adapten a él. Sepamos cómo proceder, aprovechando el verano.
Hasta cerca de los dos años, el niño no tiene una percepción clara del estímulo. Por ejemplo, si la vejiga está hinchada, se vacía sin dar tiempo al pequeño a tener la sensación de plenitud. Por este motivo, imponer el orinal antes de esta edad no tiene sentido
Es normal que, en las primeras semanas, el pequeño advierta el estímulo cuando ya ha hecho pipí. En estos casos, si se le deja mojado durante unos minutos, se sentirá incómodo. Las próximas veces, intentará hacer todo lo posible para avisara a tiempo.
No tiene sentido recordarle el orinal cada hora. En primer lugar, porque durante las vacaciones se pasa la mayor parte del día al aire libre; y, en segundo lugar, porque el pequeño no debe vivir el orinal como una imposición. ¿Cuáles la medida adecuada?
Proponer una cita diaria con el orinal. Por ejemplo, después del desayuno, puedes pedirá tu hijo que se siente en el orinal durante unos minutos. En muchas ocasiones, el intestino se pone en movimiento después de la primera comida del día. El control del intestino se suele adquirir antes que el de la vejiga. Tanto es así que, en la mayoría de los casos, el niño seguirá mojando la cama durante mucho tiempo de noche, incluso hasta los 4-8 años.
En cualquier caso, el mensaje que el niño debe recibir es: “puedes conseguirlo”. Librarse del pañal es algo natural, que ocurre de forma espontánea en todos los casos. Y los papás deben esperar con paciencia y confianza el tiempo que el niño necesite.

Regañar sin hacer daño

No todos los niños reaccionan del mismo modo a las regañinas de los adultos. La reacción emocional del pequeño no sólo depende de su carácter, sino también del tono y de la frecuencia con la que se le regaña.
• Precisamente, la diferencia está en cómo se levanta la voz. Lo que interfiere en el desarrollo emocional no es el regaño en sí, sino la violencia infligida en las palabras dichas.
• Regañar es normal, pero levantar la voz de forma equivocada da un mal ejemplo a los niños, y podría incluso repercutir en sus futuras relaciones sociales.
• Según el director del Family Research Laboratory de la Universidad de Hampshire, "regañar a los niños influye en las relaciones familiares y, más adelante, también en otros tipos de relaciones sociales, porque su carácter tendrá una fuerte inclinación a la agresión física". Ésta se encuentra entre las peores hipótesis y, con toda seguridad, no es aplicable a todos los casos. De hecho, un resultado semejante puede ser el fruto de una violencia verbal prolongada en el tiempo.
• Por estos motivos, teniendo en cuenta que no es educativo dejar pasar siempre las trastadas de nuestros hijos, no es menos cierto que, en el ámbito de un ambiente familiar sereno, el hecho de levantar la voz de vez en cuando no genera ningún tipo de daño. Por el contrario, podría incluso resultar útil.
En conclusión, si regañas a tu hijo, procura que la reprimenda no se transforme en un abuso emocional.

Regañar sin hacer daño

Cómo influyen en el aspecto emocional
Los caprichos, la desobediencia, las peleas entre hermanos y los actos de rebeldía suelen ser la principal causa de las regañinas por parte de los padres.
Pero, ¿de qué forma influyen los reproches de los padres en el estado emocional de los pequeños?
¿Tienen una función positiva o negativa?
Según los resultados de algunos estudios llevados a cabo en Estados Unidos, realizados con varias muestras de familias, si los padres regañan con una cierta violencia, pueden influir negativamente en el aspecto emocional del niño, así como repercutir en sus relaciones con los demás cuando llegue a la edad adulta.
Si bien muchos padres consideran que el hecho de regañar al niño va estrechamente ligado a la crianza y la educación de los hijos, es necesario que aprendan a no excederse en el tono.
Regañar a un niño con un tono alterado, con insultos y humillaciones, podría desencadenar con el tiempo formas de depresión, falta de autoestima y derivar incluso en comportamientos violentos.

LOS PRIMEROS PASOS

La mayoría de los bebés da sus primeros pasos y comienza a caminar aproximadamente al inicio del segundo año.
Esta movilidad le da a conocer al niño todo un mundo nuevo.
Esta nueva independencia es muy estimulante para el niño.
Sin embargo, el período que precede a los primeros pasos del bebé no es de mucha diversión para los padres.
Poco antes de caminar, generalmente el bebé comienza a despertar por las noches más o menos cada 4 horas.
El pequeño grita cada vez que alguno de los padres se aleja, tal vez porque desea ser él quien se aleje caminando.
Todas estas alteraciones son provocadas por el nuevo objetivo del niño, es decir, lograr su independencia.

¡NO SE REPRIMA!

Cuando tenga cita con el pediatra, no tema expresar sus preocupaciones, incluso si usted las considera demasiado triviales. Cuando su hijo ya haya cumplido 1 año y le corresponda una visita al médico, éstos son algunos de los temas que pueden ser de interés:
* Su niño no puede sostener peso en sus piernas.
* En algunas ocasiones, su pequeño bizquea con uno o ambos ojos.
* No usa las dos manos de la misma manera.
* No utiliza palabras inteligibles ni sabe su nombre.
* No gatea ni avanza de manera alguna.
* No siente temor frente a los extraños ni ansiedad frente a una separación. A esta edad, el temor y la ansiedad son reacciones normales ante estas situaciones.
* No indica las cosas con su dedo.
* Parece tener problemas de visión o audición.
* Ha perdido una habilidad que antes tenía.

Tu bebé ya tiene un año

CUANDO VIAJE CON NIÑOS PEQUEÑOS...
Aunque usted y su pequeño sólo realicen un rápido viaje al supermercado, le será de mucha ayuda llevar unos cuantos juguetes. Para entretenerlo, puede atar algunos al asiento de seguridad para automóvil o bien puede pedirle a otro adulto o a un niño mayor que se siente en el asiento trasero y lo entretenga. De esa forma, el bebé no estará inquieto, no luchará por salirse del asiento, ni la distraerá mientras usted conduce. Al final, todos estarán más felices y más seguros.

martes, 3 de marzo de 2009

El parche, otra solución anticonceptiva


El parche anticonceptivo es un método transdérmico, es decir, que libera sus principios activos a través de la piel. Su mecanismo de acción es el mismo que el de la píldora, pero no es un anticonceptivo oral.

Este producto representa una posibilidad añadida para la mujer de elegir el método contraceptivo que mejor se adapte a sus exigencias.Su nombre comercial es Evra, y contiene hormonas estroprogestínicas a bajas dosis. En concreto, etinilestradiol (750 microgramos) y norelgestromina (6 miligramos). Cada día, el parche libera 20 microgramos de estrógenos y 150 miligramos de progestínico. Esta dosis equivale a la de la píldora denominada "ultraligera" y garantiza la misma, si no superior, eficacia contraceptiva: es decir, más del 99 por ciento. Lo ha demostrado un importante estudio clínico realizado sobre una muestra de 3.300 mujeres, lo que representa más de 70.000 parches aplicados. El envase comercial contiene tres parches, que sirven para cubrir un

Cuáles son sus ventajas?

Las ventajas del parche con respecto a los anticonceptivos orales son varias:

• Las hormonas pasan directamente del parche a la sangre, saltándose el primer paso metabólico, en el hígado, como sucede en el caso de la píldora tradicional.

• Por lo tanto, se trata de un sistema de contracepción más ligero, puesto que se necesita una dosis menor de estrógenos y progestínicos para bloquear la ovulación con eficacia.

• Con el parche, las hormonas no pasan a través del aparato digestivo y, en caso de vómito o diarrea, la eficacia anticonceptiva permanece inalterada.

El parche libera una cantidad de fármaco continua y constante; en consecuencia, el nivel de hormonas de la sangre se mantiene inalterado, lo que garantiza una mayor fiabilidad sobre la inhibición de la ovulación. Precisamente por este motivo, a diferencia de los anticonceptivos orales, si se olvidase aplicar el parche, la cobertura contraceptiva estaría asegurada durante 48 horas.

• Se ha demostrado que el parche no modifica el metabolismo de las grasas y de los azúcares, ni aumenta los valores de la presión sanguínea.

• Además, un estudio clínico ha demostrado que, con el parche, el incremento medio de peso es de 300 gramos, un valor mínimo. Esto se debe a que su composición interfiere muy poco en los mecanismos que causan la retención hídrica.